CURSOS . Punto de Tapicería,

jueves, 5 de mayo de 2011

LA VIDA

Los burócratas con la curva de la felicidad en sus vientres y un buen cigarro en la boca, en el que psicológicamente se apoyan, juegan malabares políticos con la mente sin importarles un comino el dolor de los pueblos.
Nadie es feliz por estos tiempos y menos la clase media, ésta se encuentra entre la espada y  la pared.
Ricos y pobres, creyentes y descreídos, comerciantes y mendigos, zapateros y hojalateros, viven porque tienen que vivir, ahogan en vino sus torturas y hasta se convierten en drogadictos para escapar de si mismos.
Las gentes se tornaron maliciosas, recelosas, desconfiadas, astutas, perversas; ya nadie cree en nadie; se inventan diariamente nuevas condiciones, certificados, cortapisas de todo género, documentos, credenciales, etc, y de todas maneras nada de eso sirve ya, los astutos se burlan de todas estas tonterias: no pagan, esquivan la ley aunque les toque ir con sus huesos a la cárcel.
Ningún empleo da felicidad; el sentido del verdadero amor se ha perdido y las gentes se casan hoy y se divorcian mañana.
La unidad de los hogares se ha perdido lamentablemente, la verguenza orgánica ya no existe, el Lesbianismo y el Homosexualismo se han vuelto más comunes que lavarse las manos.
Saber algo sobre todo esto, tratar de conocer la causa de tanta podredumbre, inquirir, buscar, es ciertamente 
lo que me propongo con estos escritos. Estoy hablando en el lenguaje de la vida práctica, deseoso de saber qué es lo que se esconde tras esas máscaras horripilante de la existencia.