Bordados
viernes, 17 de junio de 2011
jueves, 5 de mayo de 2011
LA VIDA
Los burócratas con la curva de la felicidad en sus vientres y un buen cigarro en la boca, en el que psicológicamente se apoyan, juegan malabares políticos con la mente sin importarles un comino el dolor de los pueblos.
Nadie es feliz por estos tiempos y menos la clase media, ésta se encuentra entre la espada y la pared.
Ricos y pobres, creyentes y descreídos, comerciantes y mendigos, zapateros y hojalateros, viven porque tienen que vivir, ahogan en vino sus torturas y hasta se convierten en drogadictos para escapar de si mismos.
Las gentes se tornaron maliciosas, recelosas, desconfiadas, astutas, perversas; ya nadie cree en nadie; se inventan diariamente nuevas condiciones, certificados, cortapisas de todo género, documentos, credenciales, etc, y de todas maneras nada de eso sirve ya, los astutos se burlan de todas estas tonterias: no pagan, esquivan la ley aunque les toque ir con sus huesos a la cárcel.
Ningún empleo da felicidad; el sentido del verdadero amor se ha perdido y las gentes se casan hoy y se divorcian mañana.
La unidad de los hogares se ha perdido lamentablemente, la verguenza orgánica ya no existe, el Lesbianismo y el Homosexualismo se han vuelto más comunes que lavarse las manos.
Saber algo sobre todo esto, tratar de conocer la causa de tanta podredumbre, inquirir, buscar, es ciertamente
lo que me propongo con estos escritos. Estoy hablando en el lenguaje de la vida práctica, deseoso de saber qué es lo que se esconde tras esas máscaras horripilante de la existencia.
Nadie es feliz por estos tiempos y menos la clase media, ésta se encuentra entre la espada y la pared.
Ricos y pobres, creyentes y descreídos, comerciantes y mendigos, zapateros y hojalateros, viven porque tienen que vivir, ahogan en vino sus torturas y hasta se convierten en drogadictos para escapar de si mismos.
Las gentes se tornaron maliciosas, recelosas, desconfiadas, astutas, perversas; ya nadie cree en nadie; se inventan diariamente nuevas condiciones, certificados, cortapisas de todo género, documentos, credenciales, etc, y de todas maneras nada de eso sirve ya, los astutos se burlan de todas estas tonterias: no pagan, esquivan la ley aunque les toque ir con sus huesos a la cárcel.
Ningún empleo da felicidad; el sentido del verdadero amor se ha perdido y las gentes se casan hoy y se divorcian mañana.
La unidad de los hogares se ha perdido lamentablemente, la verguenza orgánica ya no existe, el Lesbianismo y el Homosexualismo se han vuelto más comunes que lavarse las manos.
Saber algo sobre todo esto, tratar de conocer la causa de tanta podredumbre, inquirir, buscar, es ciertamente
lo que me propongo con estos escritos. Estoy hablando en el lenguaje de la vida práctica, deseoso de saber qué es lo que se esconde tras esas máscaras horripilante de la existencia.
lunes, 18 de abril de 2011
LA VIDA
Aunque parezca increíble, es muy cierto y de toda verdad, que esta tan cacareada civilización moderna es espantosamente fea, no reune las características trascendentales del sentido estético, está desprovista de belleza interior.
Es mucho lo que presumimos con esos horripitantes edificios de siempre, que parecen verdaderas ratoneras.
Parecemos verdaderos pavos vanidosos con el traje que cargamos y con los zapatos muy brillantes. aunque por ahí circulen millones de infelices hambrientos, desnutridos, miserables.
La belleza y sencillez natural, espontánea, ingenua, desprovista de artificios y pinturas vanidosas, ha desaparecido en el sexo femenino, Ahora somos modernos, así es la vida
La gente se han vuelto espantosamente crueles, la caridad se ha resfriado, ya nadie se apiada de nadie.
Las vitrinas o escaparates de los lujosos almacenes, resplandecen con lujosas mercaderías que definitivamente están fuera del alcance de los infelices.
Lo único que pueden hacer los parias de la vida es contemplar sedas y joyas, perfumes de lujosos frascos , ver sin tocar, suplicio semejante al del Tántalo.
Las gentes de estos tiempos modernos se han tornado demasiado groseras: el perfume de la amistad y la fragancia de la sinceridad han desaparecido radicalmente.
Gimen las muchedumbres sobrecargadas de impuestos; todo el mundo está en problemas, nos deben y debemos; nos enjuician y no tenemos con qué pagar, las preocupaciones despedazan cerebros, nadie vive tranquilo....continua.
Es mucho lo que presumimos con esos horripitantes edificios de siempre, que parecen verdaderas ratoneras.
Parecemos verdaderos pavos vanidosos con el traje que cargamos y con los zapatos muy brillantes. aunque por ahí circulen millones de infelices hambrientos, desnutridos, miserables.
La belleza y sencillez natural, espontánea, ingenua, desprovista de artificios y pinturas vanidosas, ha desaparecido en el sexo femenino, Ahora somos modernos, así es la vida
La gente se han vuelto espantosamente crueles, la caridad se ha resfriado, ya nadie se apiada de nadie.
Las vitrinas o escaparates de los lujosos almacenes, resplandecen con lujosas mercaderías que definitivamente están fuera del alcance de los infelices.
Lo único que pueden hacer los parias de la vida es contemplar sedas y joyas, perfumes de lujosos frascos , ver sin tocar, suplicio semejante al del Tántalo.
Las gentes de estos tiempos modernos se han tornado demasiado groseras: el perfume de la amistad y la fragancia de la sinceridad han desaparecido radicalmente.
Gimen las muchedumbres sobrecargadas de impuestos; todo el mundo está en problemas, nos deben y debemos; nos enjuician y no tenemos con qué pagar, las preocupaciones despedazan cerebros, nadie vive tranquilo....continua.
viernes, 15 de abril de 2011
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